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El pívot de los Chicago Bulls, Joakim Noah (13), pasa junto a su entrenador, Tom Thibodeau, tras salir del partido con seis faltas. Chris Sweda/ Chicago Tribune
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El pívot de los Chicago Bulls, Joakim Noah (13), pasa junto a su entrenador, Tom Thibodeau, tras salir del partido con seis faltas. Chris Sweda/ Chicago Tribune
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La gran oportunidad que tenían los

Chicago Bulls

de arrancar la temporada 3-0 para firmar su mejor inicio desde 1996-97 se fue al traste después de

caer derrotados en su casa

del United Center por

82-89

ante los New Orleans Hornets.

“Ha sido un duro día porque nos han pateado el culo”, afirmaba tras el partido el pívot de los Bulls, Joakim Noah, con absoluta claridad. “Nos han pasado por arriba. Ellos estuvieron mucho más acertados que nosotros y es una lástima porque era una buena oportunidad para habernos puesto 3-0. Pero ya hay que pensar en el próximo partido. Tres partidos menos y 79 por venir”.

Noah, que sumó 11 puntos y 11 rebotes, su segundo doble doble de la temporada, fue junto al alero Luol Deng, máximo anotador del equipo con 19 puntos y 8 rebotes, los dos únicos titulares que se escaparon de la quema del quinteto inicial de Chicago en una noche realmente nefasta de los bases Kirk Hinrich y Richard Hamilton y el ala-pívot Carlos Boozer.

Hamilton terminó con 4 puntos (2-10), Hinrich con 2 (1-8) y Boozer con 4 (1-8). Quedánse todos ellos sin jugar un solo minuto durante todo el último cuarto.

“Hay que darle crédito a los Hornets”, añade Noah. “No jugamos nuestro mejor baloncesto esta noche. Necesitamos jugar mejor, de eso no hay duda”.

Los Bulls, que llegaron al partido sin perder un sólo cuarto en los dos partidos anteriores, sólo le ganaron uno a los Hornets y cavaron su tumba con un porcentaje de tiro paupérimo de un 33% de acierto por un 42.7% de los Hornets. Tras ir perdiendo desde el arranque por 8 o 10 puntos, tan sólo en el segundo cuarto los Bulls reaccionaron y lograron ponerse arriba por siete puntos gracias al acierto en el tiro del italiano Marco Belinelli y el trabajo del resto del banquillo, pero un parcial de 9-0 de los Hornets, con dos triples seguidos del venezolano Greivis Vásquez, máximo anotador de su equipo con 18 puntos, volvieron a tumbar otra vez a los Bulls que ya fueron a remolque todo el partido a pesar de que el técnico Tom Thibodeau lo intentó realizando numerosos cambios.

“Los Hornets han jugado un partido muy físico y han impuesto el ritmo”, afirma el ala-pívot, Taj Gibson, autor de 12 puntos saliendo desde la banca. “Hemos intentado darle la vuelta al partido, pero cada vez que nos acercábamos daban un tirón se alejaban. Han lanzado muy bien y su entrenador (Monty Williams) es uno de los mejores de la liga”.

“Hemos fallado muchas bandejas y es frustrante. Ahora hay que seguir trabajando para mejorar, sólo llevamos tres partidos y hay que estar listos para el siguiente”, añade Gibson.

Con la baja del lesionado Derrick Rose, los Bulls lo tienen muy complicado toda esta temporada, por lo que no se pueden permitir el lujo de que tres de sus titulares no produzcan porque la derrota está garantizada. Aunque el rival sean los Hornets, un equipo joven y en ascenso que llegó a Chicago sin su mejor jugador, Anthony Davis, la primera selección del pasado draft, quien estaba lesionado.

Al final del partido Thibodeau se lamentaba más por el bajo rendimiento defensivo que por el pobre porcentaje de acierto en el tiro.

“El problema en el tiro no me preocupa. Si no te entran los lanzamientos, tu puedes sobrevivir a eso. El problema del partido fue en nuestra transición defensiva”, afirma Thibodeau. “Si no estás lanzando bien no puedes dejar que eso te gaste las energías. Tienes que reponerte y esforzarte en defensa porque se pueden hacer muchas otras cosas para ganar un partido. Pienso que si hubieramos peleado un poco más en el último cuarto podríamos haber sacado el partido adelante”.

El técnico de los Bulls asegura que movió el banquillo en busca de soluciones pero que no encontró la reacción esperada ya que se seguían fallando canastas fáciles que hubieran levantado al equipo para una remontada, fallando además también en los momentos claves del partido.

“Hay un dicho en esta liga que dice que tienes que tener cuidado y jugar bien los primeros cinco minutos del partido, los últimos cinco minutos del segundo cuarto, los primeros cinco minutos de la segunda mitad y los últimos cinco minutos del partido. Y nosotros no hemos hecho nada de eso”, decía Thibodeau. “Tenemos que estar seguro que estamos listos para enfrentarnos a equipos muy duro”.

El próximo partido de los Bulls es nuevamente en casa este martes 6 de noviembre que reciben la visita de los Orlando Magic del pívot mexicano Gustavo Ayón, quien se perderá el partido al estar lesionado con un esguince en su dedo pulgar izquierdo.